dimarts, de febrer 14, 2006

Samael UN CUENTO PARA NIÑOS.

Samael UN CUENTO PARA NIÑOS.
 
 
Nació desde siempre y antes aún, era una esencia un
tanto mágica un tanto mística.
Tenía la capacidad de transformarse en cualquier forma.
Con la única desventaja de que solo podía permanecer
estable mientras lo tocara la luz, si permanecía en la
obscuridad en un estado ajeno al natural, perdería sus
facultades de nacimiento y la última forma que tomara

sería la única hasta su muerte.
Su nombre era Samael.
Vivía pacíficamente en las cuevas y escondrijos del
monte, flotaba y volaba libremente entre los árboles
junto a las aves, subía y bajaba, viajaba a través de
las nubes como relámpago, viento o rayos de sol. Así lo
había hecho toda su interminable vida. Al igual que sus
ancestros que de alguna u otra forma eran el mismo,su
forma natural era indescriptible pero los niños la podían
imaginar con mucha claridad.

Cuando la gente oía hablar de él a muchos les daba miedo
pero a los mas jóvenes les despertaba la imaginación
y los sueños.
Samael vivía una vida eterna, por siempre,
rodeado de
la vida silvestre, le divertía transformarse en conejo
y jugar con los de su temporal especie. Corriendo por
los llanos y saltando los arroyuelos, le inquietaba por ejemplo
ver que tan hondo era la madriguera del conejo. Luego,
tal vez ,transformarse en mono araña y colgando de rama
en rama,con risa burlona se balanceaba y saltaba,
desaparecía y aparecía pero ahora como mariposa delicada

nerviosa, con muchos colores. Algunas veces se sumergía
dentro del río y tomaba la forma del pez se zambullía
y saltaba cascadas, siempre le gustaba nadar junto con
los salmones, le gustaba la manera en que luchaban contra
la corriente. Saltaba fuera del agua muy alto y ya era
águila ,sobrevolaba el bosque, subía tan alto que se
convertía en nube, y de sorpresa volvía a la tierra en
forma de relámpago, así era su vida, podía serlo todo

pero sin nadie más.
 
Una vez, Samael al salir de su casa dispuesto a dejar de
estar solo encontró a una joven que se bañaba en el río.
Samael la contemplaba desde su estado líquido, se había
convertido en agua para poder estar cerca de ella.

Escurría por su espalda se precipitaba desde su cabeza
hasta caer de golpe por todo su pecho, la mujer jugaba

con el agua, se sumergía de cuerpo entero intentaba obserbar
los pecesillos y volvía a salir, chapoteaba, nadaba se
sentía tan libre como Samael era.

Pero con la diferencia de que ella sonreía.

Samael se entretenía envolviéndola cubriéndola por
entero podía sentir su cuerpo tibio, su corazón que
golpeaba rítmicamente su pecho, escuchaba su risa,
sentía su respiración, pero había algo en ella que no

había encontrado en ningún otro ser, ni siquiera en él
mismo, no la podía comprender; Samael quería establecer
comunicación con este nuevo ser, pero el sol estaba por
ocultarse y se tuvo que marchar.
Al día siguiente mientras el sol se elevaba sobre la
tierra, Samael, salió de su hogar volando para encontrarla;
fué al mismo sitio del día anterior pero no estaba,
comenzó a rastrear su aroma, era un perfume que tenía
grabado en el recuerdo lo encontró disolviéndose entre
el rocío de la mañana y el polen de el campo.
Siguiendo su aroma pudo encontrarla, siguió las indicaciones

del viento hasta el límite del bosque.
Llegó a la frontera de lo prohibido, Samael sabía lo
peligroso que era entrar ahí, pero sin importarle las
leyes de su especie siguió el rastro de la joven hasta
un pequeño poblado.

Imagino que no podría hacerse entender con ella
así que tomó una forma equina.
Como un caballo, justo enfrente de la ventana de su
habitación comenzó a relinchar pero la chica no le
entendeía, así que entro a sus pensamientos y se
empezó a comunicar.

Ella aunque no comprendía lo que pasaba no tuvo miedo
y empezó a conversar, se podría decir que telepáticamente.
Los dos hablaron de sus vidas hasta el anochecer,
la mujer se encontraba maravillada de aquel ser que no
podía comprender
y Samael no podía comprender aquella
maravilla que, ante sus ojos, mostraba algo nunca visto.

Através de su milenaria vida, había visto cientos de seres
y comportamientos distintos. Pero aún cuando podía leer la
mente de la chica no entendía la procedencia de aquel gesto
del rostro mientras ella se bañaba.
Una sonrisa era un movimiento de unos 100 músculos de su

cara que empezaban por curvear los labios y terminaban
en hacer más pequeños sus ojos.
Pero en su mente no había explicación para el brillo de
su mirada ni para el sentimiento que despedía al sonreír.
Samael estaba intrigado con ese y muchos sentimientos más
de la joven pero no podía entenderlos.
Estaba por anochecer. Se despidieron.
Samael regresó a aquel lugar pues la conversación tenía
que repetirse y así sucedió varios dias.
Después de un tiempo, Samael comprendía menos a la joven
pero era más imprescindible descifrar el porque de sus
actos. El sentía que sabiéndolo conocería el porque de
la existencia misma, pasaron algunos meses y la curiosidad

de Rosana crecía cuando Samael le contaba la historia de
las cosas.
Se preguntaba como podía saberlo y si era real estar
hablando con un caballo, Samael le contó a Rosana sus
místicos poderes:
cómo podía cambiar de forma, todo el tiempo que había
existido...
 entonces Rosana le preguntó:
- ¿Y puedes convertirte en cualquier cosa?
- Sí, en cualquiera.
- Y entonces, ¿Por qué no te vuelves hombre?
- Nunca lo he hecho. Está prohibido
- ¿Prohibido? ¿por que?
- Verás ..todos mis antepasados que alguna vez se
convirtieron en hombre nunca regresaron a la inmortalidad.
Por alguna razón no pueden dejar esa forma y se quedan así..
-¿sabes por que?
- No, imagino que los hombres son seres muy complicados,
al ser hombre tendría que pensar, y hacerme responsable
de mis actos
y sobre todo, sufriría.
- Sí, pero también sentirías felicidad, y sonreirías como
yo eso es lo que siempre has querido saber desde que me
conoces ¿por que sonrío? ¿que es la felicidad?
El secreto esta en creer, por que creer es lo que nos

convierte en humanos.
Samael , se quedó callado. La sola idea de poder creer
en algo o en alguien, de poder ser, de poder amar,
lo animaba a hacer cualquier cosa para lograrlo.

Así, a pesar de los consejos de sus antecesores de:
nunca intentar aquella forma, lo hizo.
Era muy temprano y casi no había gente en las calles,
Samael caminaba maravillado de encontrar tanta belleza
en aquel amanecer que iluminaba tenuemente a la ciudad
dormida.
Caminaba desnudo por la plaza podía verlo todo a colores.

Se dirigió a casa de Rosana, en el camino podía sentir el
frío que corría sobre su piel, las piedras que sostenían
sus pisadas.
Rosana al verlo se asustó pero reconoció la mirada de
aquel caballo en este hombre. Le dio unas ropas para cubrirse
del frío.
Samael pregunto a Rosana
- Bueno ... y ¿que es lo que hacen los hombres?
- Es muy sencillo solo se trata de vivir
Samael empezó a caminar por la aldea el Sol se seguía
elevando y cuando se dio cuenta, estaba ya entre cientos
de personas, todos iban a la plaza de la aldea al mercado
que se organizaba mes con mes.

Él los siguió y ya en la plaza, veía a los pobladores
del lugar juntándose en la fuente principal.
Caminaba despacio y observaba con detenimiento.

Todo parecía perfecto hasta que vio que tres hombres
vestidos como sombras, estaban golpeando al centro de
la multitud:
eran tres jóvenes que gritaban con voz firme

"Abramos los ojos, tenemos derecho a ser libres vengan
y escuchen ¿no están dispuestos a escuchar la verdad? "

Samael corrió y empujó a las sombras lejos de los tres
chicos, quienes al ver la oportunidad de escaparse lo
hicieron, uno de ellos jaló a Samael que no sabía lo que
ocurria.
Mas tarde, escondidos en unas ruinas a las afueras de
la aldea, empezaron a charlar tranquilamente y le
agradecieron a Samael su ayuda, Éste les preguntó:
- ¿Por qué gritaban, qué es lo que quieren? ¿por qué
aquellos hombres de gris les golpeaban?
- Lo que quiere todo hombre, nuestro derecho de
nacimiento.
un tercero grito mirando al cielo mientras una
lágrima recorría su mejilla
- LIBERTAD!!!!
Un momento de silencio invadió las ruinas, Samael
recordaba lo libre que se sentía cuando era ave,
cuando era aire, cuando era agua o fuego.
- ¿creen en la libertad?
- creer es lo único que nos queda, creer que algún día
tendremos una sola oportunidad de luchar por nuestra
libertad una libertad para todos y cada uno de los
humanos en la tierra
- yo una vez tuve en mis manos la libertad era una
libertad casi absoluta pero era una libertad solitaria,
la sacrifiqué para convertirme en hombre y buscar mi
nueva libertad, libertad de creer, de amar de soñar,
pero esta nueva es una libertad que viene de la mano con
la compañía y la unión, no la libertad inconsciente de
los animales
Ninguno de los que estaban en las ruinas comprendió de
lo que hablaba Samael quedaron callados al tratar de
encontrar sentido a sus palabras.
Samael como hombre empezó a experimentar sensaciones
nuevas, sufría al ver los ojos de aquellos muchachos,
llenos de ira, de amor, de dolor. Pero empezó a
comprender lo que Rosana había dicho sobre creer,
sabía por experiéncia que para ser feliz se necesitaba
ser libre, pero que no se podía asumir una felicidad
verdadera si los que te rodeaban no eran felices
y libres también .


Se dio cuenta que su vida había sido tan vacía y
egoísta, siempre tan lejos del mundo, sin importarle lo
que pasara a su alrededor. Samael se llenó de un deseo
de vida que, desgraciadamente, pocas veces se ve en un
hombre. Comprendió que él era el culpable de la vida
vacía y carente de felicidad que había llevado.
- Oye Samael, ¿dónde vas dormir? vente a mi casa.
Samael, despertó de aquella larga meditación en la que
había caído, y contestó;
- No gracias, yo vivo en el monte, ya me voy.
- ¿Volverás mañana?
- Sí, claro.
El sol comenzaba a ocultarse, así que de regreso a su
casa pasó donde Rosana. Estaba inquieto, necesitaba hablar
con ella, y que sus ojos llenos de paz le tranquilizaran.
- Quisiera ser humano otra vez
- Sería fabuloso, pero no se trata de lo que yo piense,
eres tú el dueño de tu vida.
Samael había encontrado en aquella forma su razón de
vida, la respuesta tan buscada al ¿Para qué existo?.
Volvió a la ciudad a la misma plaza justo en el centro
empezó a hablar sobre lo que creía, empezó a hablar de
como organizarse y como la libertad solo se conseguía
dejando a tras la ignorancia el escepticismo,
hablaba de un mundo indescriptible pero que los
más jóvenes podían imaginar con claridad, un mundo con
amor, que ese amor los liberaría a tal grado de alcanzar

la felicidad, llevaba la noticia de su descubrimiento a
los mas ignorantes de espíritu tal como el lo fue,
a los que no creían en nada y estaban solos y sin
felicidad.
Les compartió secreto que había aprendido de Rosana,
les dijo de la sencillez de la vida y lo hermosa que
puede llegar a ser.
Samael envejeció y después de 13 años de lucha,
la muerte se atravesó por su camino. Murió feliz
rodeado de sus amigos y de la mano de Rosana.
Aunque no pudo ver a su a todos los hombres
libres,
le vastó saber que había empezado a mostrar el camino

que algún día inundaría al mundo, descubrir lo hermoso
de vivir libre le costó toda su vida , aunque era solo
una parte de su eternidad..
Su lucha se prolongó durante  años o ¿fueron siglos?
el no sabía de tiempo, dicen que todavía vuela y nada
con los salmones, que se convierte en fuego de aquí allá,
ronda libre por las hojas de los libros y las mentes
jóvenes donde la sabiduría se cultiva.....
 
   "creer es salvar lo mas humando de si mismo"
 
Fuser, InmigranteX
mayo 1999


El otoño de Paris







El otoño de Paris

El lunes venia leyendo en el tren sobre la oleada de violencia que se desató en un barrio de Paris y ha terminado por contagiar toda Francia. Como buen proyecto de politólogo intentaba dirimir el perfil del conflicto, los actores, causas, posibles consecuencias, intentaba realizar un análisis comparado con España, equiparando porcentajes de inmigración, integración social, alianza de culturas…

Hace cuatro años que llegue a España, concretamente a Barcelona, con el propósito de estudiar Ciencias Políticas en la Universidad Autónoma de Barcelona. Escogí esta opción por la particular configuración de factores que se desenvuelven en una ciudad como ésta, la integración europea, el aumento de la inmigración, el desarrollo de la identidad nacional, la joven democracia española, la transición…

Mi idea era cursar la licenciatura y regresar a mi país para compartir lo aprendido, aportar ideas, estudiar desde otro punto de vista más externo la situación política mexicana, pero cuando me di cuenta había construido mi vida en Barcelona, mis amigos, mis sueños, aspiraciones, la mujer que amo. Había desarrollado una vida en dos países y establecido lazos afectivos a ambos lados del atlántico, hasta ahora he tenido la oportunidad de viajar cada verano a México y poner al corriente mi vida allá, la capacidad que tenemos hoy en día para movernos de un país a otro, comunicarnos instantáneamente me ha permitido seguir presente en los dos países a la vez. Decidí que como es mi derecho solicitaría la Nacionalidad española, ya que a los ciudadanos Iberoamericanos nos basta con 2 años de residencia legal para reclamarla. Y pensé en seguir llevando a cabo esta vida a dos tiempos, en dos lugares, sintiéndome de dos lugares a la vez.

Cuando llegué a la estación del pueblo donde vivo, mientras subía por las escaleras eléctricas, seguía pensando en lo leído durante el viaje en tren, había muchas opiniones y teorías de diferentes sociólogos, politólogos, antropólogos para dar respuestas a la crisis parisina. Alguno de los Teóricos hablaba sobre la imposibilidad de que esto ocurra en España. Había también entrevistas a diferentes tipos de Inmigrantes en España que opinaban sobre su propia asimilación de la integración en la sociedad de acogida. Yo intentaba desde mi posición encontrar respuesta a esta ira desatada, al desenfreno de los resentimientos, al origen del odio y los coches incinerados. Trataba de hacer un análisis aprovechando mi situación de inmigrante y estudioso de las ciencias sociales. Cuando la respuesta se asomó por encima del final de la escalera mecánica, dos agentes de la policía nacional me detuvieron a mí y a otros dos seres humanos. Un ser humano que después me enteré que había nacido en Colombia y otro ser humano que había nacido en Marruecos. Nos habían detenido de entre los otros cien pasajeros que salían del tren sin otro motivo aparente que el oscuro color de nuestra piel. A mi no era la primera vez que me detenían para pedirme documentación (acto por cierto ilegal en países tan juzgados por sus medidas anti-inmigración como Estados Unidos), no era la primera vez que lo hacían pero quizás ha sido la mas humillante de todas. Ante los ojos de vecinos, conocidos y algunos compañeros de la universidad un policía registraba mis maletas al tiempo que el otro daba mi nombre por radio, yo sentía mientras tanto cómo mi dignidad se colaba por entre las alcantarillas, junto a las colillas de cigarro y la basura de la ciudad. En los diez minutos que nos tuvieron retenidos, lo comprendí todo, supe que aun cuando me fuera concedida la nacionalidad española nunca dejaría de ser sospechoso de algo. No existe eso que se llama plena integración social, no existe aun cuando hablo catalán a la perfección, y me siento un miembro con preocupaciones similares a los de mis vecinos, amigos y novia. Estoy condenado a la exclusión, al igual que los miles de hijos de inmigrantes de tercera generación que incendian coches y edificios en París mientras yo redacto este texto.

Mañana intentaré retirar mi expediente de solicitud para la concesión de la nacionalidad, no puedo seguir viviendo en un país en el que siempre seré un presunto delincuente, o terrorista. Donde soy el primero al que el revisor del metro le pide el billete o al que siempre siguen en los almacenes cuando voy a comprar algo después de la universidad con la mochila a cuestas. Tampoco quiero exponerme a que un policía secreto me dispare por la espalda por parecerle a su consideración suficientemente sospechoso, tal como sucedió en Londres. Aun cuando ame a tantos seres humanos que nacieron aquí me iré.

A los que intentan prevenir una situación similar a la del Otoño de París en cualquier ciudad de España.